LAS AVENTURAS DE NORBAC
Tengo sueño debido a que no pude dormir bien. Esta madrugada dormía plácidamente mientras soñaba algo que ahora no puedo recordar, hasta que Norbac (uno de mis gatos) empezó a rasguñar la puerta de a mi cuarto. El ruido de los rasguños me puso de pie como si mi cuerpo fuera activado por un resorte, pero no logré despertar por completo. Efectivamente, mi cuerpo se despertó, pero mi conciencia seguía dormida. Al ponerme de pie no sabía dónde estaba o que hora era; sólo pensaba una especie de balbuceo que no me permitía articular una idea precisa. El único ruido que escuchaba era como una especie de sirena o alerta, no lograba enfocar mi vista en nada y mi cabeza se movía de un lado a otro, con mi cuerpo colgando sin firmeza. Mi desconcierto era total y tenía la sensación de tener la mente llena de un vació muy espeso. Creo que los niños experimentan algo similar a momento de nacer, debido a que tienen la cabeza completamente vacía, sin ideas o conceptos. ¿Recuerda usted, querido lector, el momento en el que nació? Si lo recuerda, sabrá a que me refiero. Después de varios segundos, me di cuenta de que estaba en mi cuarto, y que la sirena que escuchaba era la mezcla del ruido del ventilador con los rasguños en mi puerta. Al abrir la puerta para que Norbac entrara a mi cuarto, se me quedó viendo con una mirada desconcertada, como diciendo "¿por qué me mueves la puerta? ¿Que no vez que me estoy afilando las garras?" Traté de dormirme nuevamente pero no lo logré.
Hace poco escuche un jingle en la radio. Se quedó atorado en mi cabeza y no lo puedo sacar de ahí: “ta ta tará, ¡pollo loco!”
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