miércoles, enero 23, 2008

PULP FICTION EN SANTO DOMINGO

Las tres historias de la semana:

El lunes 14 de enero del año 2008, como a eso de las 14:30, llega una persona a la sucursal Bancomer Santo Domingo, donde trabaja su servidor. Se forma en la fila, y al llegar con la cajera, saca una pistola y la amenaza para que le de todo el dinero que hay en la caja. Después de llevarse 7.000 pesos salió de la sucursal como si nada. Llegó la policía y no dejo que ninguno de los trabajadores saliéramos de la sucursal. Llegaron las cámaras de televisión y al día siguiente todo el mundo me llamó diciéndome se era yo el que había salido en la tele por lo del asalto. Casi hasta me da pena decirles que yo no me di cuenta del asalto a pesar de estar dentro de la sucursal, porque estaba platicando con el compañero que vende las Afores.

El día 23 de enero del año 2008, después de retirar 100 pesos del cajero automático, dejé la tarjeta de débito dentro de dicho cajero. Al día siguiente, al percatarme de que no tenía la tarjeta, hice el reporte correspondiente y me di cuenta de que alguien había retirado 4.000 pesos de mi cuenta. Levanté una aclaración para que Bancomer me regrese el dinero. La aclaración está en curso, pero las posibilidades de que prospere son bastante bajas por tratarse de un retiro en efectivo. Aún tengo fe en mi aclaración, así como 400 pesos en mi cartera para toda la quincena.

El mismo día 23 de enero del año 2008, mientras yo me lamentaba por perder 4.000 pesos de manera tan estúpida, una persona cuyo nombre desconozco (a.k.a. "el güero de los billetes") entró a nuestra sucursal con dos bolsas llenas de monedas. "El güero de los billetes" es famoso en nuestra sucursal por depositar todos los días en su cuenta cantidades de dinero en efectivo ridículamente elevadas. Regresó a su vehículo por otras dos bolsas, ahora llenas de billetes. Cuando entró no tenía nada, más que una petición para usar el teléfono porque acababa de ser asaltado por una persona que tenía un arma de fuego.

Las tres historias son verídicas. No estoy tratando de decir que hay más inseguridad, porque de hecho nuestra sucursal siempre ha sido bastante segura. Solo estoy diciendo que Bancomer Santo Domingo necesita urgentemente que un chaman le haga una limpia.

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