MONTERREY-ZACATECAS
Llegué a la oficina como si fuera un día común. No tenía la mejor actitud. De repente mi gerente me manda llamar.
B: Que onda Luis, ¿te quieres ir a Zacatecas?
YO: ¿Cuánto tiempo?
B: 15 días.
YO: ¿Cuándo?
B: Ahorita.
YO: ¿Claudia, la de Guadalajara, sigue siendo la gerente de allá?
B: Creo que si. Pero ve de una vez ve por tu maleta. Tu y Baltazar salen a las 12:00.
YO: Va. Ahorita regreso con mi maleta.
Y esa es la larga historia de como fue que la empresa para la que trabajo decidió mandarme una quincena completa a Zacatecas. En esos viajes uno aprende mucho y madura mucho. Son como descender un poquito al infierno para apreciar un poco más lo que tienes. Estoy emocionado.
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